lunes, 22 de agosto de 2011

Capítulo 12

-Tu canción estuvo... -miré el piso-
-¿Si?
-Bueno yo...
-¿Qué pasa? -preguntó-
-Nada... -suspiré- fue una linda canción, te felicito... -sonreí-
-Gracias... -dijo correspondiendo mi sonrisa- Miley...
-Dime...
-Tú y yo deberíamos... no lo sé, ¿hablar?
-¿Ahora? -dije en un susurro-
-¿Quieres que sea ahora mismo?
-No, pero... -me interrumpió-
-No lo sé, quizás luego, tú dices...
-Bueno, tal vez podríamos el... -volvió a interrumpirme-
-Miles... ya debo irme.
-Pero...
-Es que no quiero estar cerca de ustedes si se ponen con sus babosadas -dijo secamente- te llamaré, lo prometo.
-¿Cómo? ¡Nicholas!
-Entonces nos vemos luego.
-Quédate... -le pedí-
-En serio, Miles. No quiero que...
-Por favor... -rogué-
-Lo siento.


Entonces se fue, lo hizo de nuevo, me dejó ahí parada esperando más de el, más que un simple "Lo siento".


-Linda... -dijo mientras me abrazaba a mis espaldas- te estaba buscando.
-Joe... hola.


Claro. Por eso Nick dijo lo que dijo. Por eso se fue.


-¿Hola? Miley...
-¿Qué?
-Nada. Te vi con el...
-¿Si? no le des importancia. Pues... Felicidades, esa canción estuvo... -me interrumpió-
-Gracias, Miley, pero no cambies el tema -dijo serio- 


Yo estaba algo sorprendida, creo que nunca antes me había hablado de la forma en la que estaba hablándome en ese momento.


-¿Se estaban peleando de nuevo?
-No, esta vez no...
-¿Entonces?
-No quiero hablar de eso...
-Miles, no me gusta verte así...
-Joseph... -miré hacia el suelo-
-Recuerdo los días que... -lo interrumpí-
-Vamos a dormir... -comencé a caminar-
-No... -me detuvo tomándome del brazo-
-Pero qué...
-No vas a huir esta vez... muchas veces he tratado de hacerte entender, pero tú...
-¿Yo?
-Tienes que hablar con el...
-Tengo... ¿tengo? -estaba comenzando a irritarme-
-Así es. 
-Pues yo no... -me interrumpió-
-Miley, tengo una historia para contar. ¿Quieres oírla? -sonrió-
-La verdad es que no tengo ganas de... -volvió a interrumpirme, que mala costumbre-
-Eso pensé... -sonrió- verás, esta historia trata sobre una niña que perdió a alguien que... -se aclaró la garganta- amaba mucho.
-¿Ah sí?
-Solo escucha. Bueno. El nombre de la niña era... mmm... ah sí, ya lo recordé -lo interrumpí-
-Claro. Amor, estás inventando, lo sé -dije algo obstinada-
-Miley, querida, si continuas con esa linda actitud tendré que... -lo interrumpí nuevamente-
-¿Qué? -dije desafiante-
-Esto... -me dio un beso- ahora, cállate -rió-


Eso más bien fue un premio.


-Te odio, ¿lo sabías? -suspiré- está bien, te escucho -el sonrió-
-Bien. ¿En dónde me quedé...? ¡Claro! Su nombre era Hannah.
-Lindo nombre -agregué- continua.
-La pequeña Hannah tenía un amigo; su nombre era Calum. Hacían todo juntos, desde que se conocieron se volvieron inseparables uno del otro. Ella lo amaba y el la amaba a ella. Definitivamente eran los mejores amigos. Pero un día todo cambió.
-¿Qué pasó? -pregunté triste- Joe...
-Pues, Calum debía regresar a casa.
-Pero, ¿por qué?
-El no era... humano.
-¿No? No entiendo.
-Calum era un ángel. Dios lo había enviado a este mundo para cuidar de la pequeña Hannah. Pero ella ya había crecido y era tiempo de que el chico regresara al cielo.
-¿Y entonces quién cuidaría de ella?
-Que Calum regresara al cielo no significaba que el dejaría a Hannah a su suerte.
-Joe, cuéntame más -supliqué- ¿cómo fue ese momento?
-Cariño, aun no termino, tranquila. Esto fue lo que pasó.


*Hannah: ¿Un ángel?
*Calum: así es.
*Hannah: pero... Calum no es nombre para un ángel -bromeó-
*Calum: cierto -rió- Hannah si lo es -ella se sonrojó- es sorprendente la forma en la que has aceptado y creído todo esto.
*Hannah: cuando te conocí, aunque era una niña, me dije a mi misma que tú eras tan increíble que difícilmente podrías ser de este mundo. Supongo que en mi interior siempre sospeché esto. ¿Por qué esperaste hasta este momento para decírmelo?
*Calum: Hannah, lo siento, la verdad es que yo no debería decirte nada, absolutamente nada, pero no podía irme así nada más, tenía que despedirme.
*Hannah: espera, ¿despedirte? ¿por qué...?
*Calum: debo regresar...
*Hannah: ¿a dónde?
*Calum: a casa.
*Hannah: pero si tu casa está acá, justo al lado -dijo mientras que a la vez sus ojos se inundaban de lagrimas-
*Calum: a mi casa, en el cielo. Hannah, no llores por favor...
*Hannah: Calum, no puedes... tú no puedes irte y dejarme -rompió en llanto-. No, por favor... -susurró aquella chica-
*Calum: no lo hagas más difícil, pequeña -se acercó a ella y secó sus lagrimas- yo siempre voy a estar contigo... ¿me amas?
*Hannah: como a nadie -dijo aun sollozando- 
*Calum: Tú nunca estarás sola si amas a la persona con la que estás cuando estás sola.


-El regresó al cielo y desde las alturas seguía cuidándola como siempre lo había hecho. Ella era feliz solo con saber que el siempre estaría a su lado aunque no pudiera verlo. 
-Joe, no entiendo por qué me cuentas esto...
-Ella no pudo verlo nunca más. No era que el se iba por unos días para después volver; no eran unas vacaciones; se fue y, para siempre, pero aun así ella no permitió que eso afectara lo  que ellos tenían. Ella conversaba con el, el no podía hablarle pero a ella no le importaba porque sabía que el estaría ahí para escucharla y protegerla.
-¿Qué pretendes? -pregunté tratando de asimilar toda la historia-
-Miley, ya basta. Es tiempo de que dejes tu orgullo a un lado. Si Hannah no hubiese querido saber nada más de Calum entonces hubiese vivido infeliz y atormentada. Pero en cambio ella eligió ser feliz, porque aunque no pudiera verlo, el estaría a su lado.
-¿Qué te pasa...?
-Nick se fue, pero quien decidió alejarse fuiste tú, Miley. Nunca respondiste sus cartas, nada. Soy fiel testigo de esto, por eso te hablo así. Me duele que poco a poco te destruyas por causa de ti misma. He detallado su mirada cuando te observa, sí, me he fijado, el está arrepentido, pero la verdad es que el no tiene porqué estar así, en cambio, tú, si. El intenta acercarse a ti, si que lo intenta, y tú solo te encargas de causarle dolor por medio de tu rechazo y tu indiferencia.
-Joseph... -mis ojos comenzaban a cristalizarse-


El tenía toda la razón. Tantos años culpando a Nick por todo lo que me pasaba cuando en realidad era yo quien me causaba todo este dolor. Me sentía mal por la forma en la que Joe me hablaba, pero el ya estaba molesto y tenía razón. Y aunque Nicholas y yo intentamos ser amigos como lo fuimos un día, yo seguía con resentimiento, no lo había perdonado realmente, o más bien era que yo no me había perdonado a mi misma.


-Miley, te digo todo esto porque te quiero y no me gusta verte así pero, la decisión está en tus manos.


Yo comencé a llorar y Joe me abrazó. 


En la historia de Hannah y Calum ellos fueron mejores amigos hasta el final. Creo que mi historia con Nick va mucho más allá de eso.